lunes, 25 de abril de 2011

28 años, a la basura

El agua comienza a subir lentamente, tapando personas, autos, casas, edificios, y todo lo que encuentre en su camino. Que lindo es poder estar en la parte mas alta de todo Buenos Aires, esperando el momento en que todo se termine.
Pienso en llamarla, en contarle todo lo que me pasa por la cabeza, en decirle que lo lamento, decirle que la amo, pero seguramente los teléfonos no funcionan, y además, no creo que ella quiera hablar conmigo, ni escuchar todo lo que tengo para decirle. Ella debe estar viendo lo mismo que yo, abrazado a ese infeliz que lo único que le da son ilusiones, vagas ilusiones, pero es lo que a ella le gusta.
Pienso en hace 10 años atrás, cuando eramos tan felices juntos...

Yo era un adolescente, tan solo un joven de 18 años, muy normal, o por lo menos, lo que era normal en esa época. Tenía el pelo castaño oscuro con rulos, ojos verdes bastante llamativos, una sonrisa no muy especial, pero muy frecuente y una barba fina que contorneaba la mandíbula. No tenía lo que se puede llamar un cuerpo atlético, era mas bien robusto, de cuerpo grande, que encajaba con mi metro ochenta, pero aún así tenia peso de más.
Siempre, desde chico, fui una persona sensible, que se aferra mucho a las cosas, y mucho mas a las cosas que amo. Tenía un vida común, estudiaba en el colegio, aunque haya repetido dos veces, y ponía todo el empeño posible en las cosas que me gustaban.

Ella era una mujer un año menor que yo, con pelo lacio, castaño oscuro, unos ojos verdes que parecían dos faroles en plena noche, una boca que hipnotizaba a cualquiera y un hermoso cuerpo a pesar de su metro y medio.

Nos cruzamos de casualidad una vez, y ese fue el comienzo del fin, al menos de mi final. Fue gracias a una amiga en común que nos conocimos, y fue ahí cuando me di cuenta que era la mujer de mis sueños, tan hermosa, sincera, sensible. Ella lo tenía todo.

Luego de mucho tiempo, entre charlas y mensajes, que logré que sea mía, que sea mi novia. Fueron los mejores tiempos de mi vida, y eso que vi a Racing Campeón, pero ella, era mucho mejor que eso. Pero el tiempo pasó, entre idas y vueltas, peleas y conciliaciones, y todo terminó. Nuestra relación se había ido a pique y no encontraba forma para levantarla.

El tiempo fue pasando, muy rápido para algunos, y muy lento para mi. Ella logró seguir con su vida, conseguir otro amor, tener hijos, una familia, una carrera. Yo por mi parte nunca pude olvidarla, ni dejar de amarla. Me concentré en mis estudios, para ocupar mi mente en otra cosa. Me recibí de ingeniero con tan solo 24 años, pero ese logro, no era nada sin tenerla a mi lado. Cada tanto sabía algo de ella, y eso era peor, pero no podía evitar pensar en su vida, tan perfecta.
Me hice conocido en mi rubro, tanto que llegué al puesto más alto de una empresa en tan solo un año. Tengo un departamento en el ultimo piso de un edificio en un lujoso barrio, un flamante auto 0Km, pero de nada me serve.
Tengo tan solo 28 años, pero mi apariencia es de 50. Donde hubo rulos, hoy, donde tengo pelo, hay canas, blancas y largas. Donde hubo una barba cuidada, hoy hay una maraña de pelos, que se funde con las arrugas de mi piel. Tanta presión me llevo a esto, a ser todo y nada al mismo tiempo.

Veo como el agua se acerca, está cada vez mas cerca, y solo pienso en los errores que tuve, y por sobre todo, en el error que cometí al dejarla ir, al no pelear un poco mas por su amor, aunque sea un poco mas. Ya la ola está a pocos metros, y lo único que puedo pensar es en cuanto la amo, y en cuanto la necesito a mi lado en este momento. Tomo una última bocanada de aire, y con el último aliento antes de morir bajo una pared de agua es: Te amo.

Ella se salvó, y tiempo después del desastre, a orillas de lo que era Buenos Aires, alguien encuentra un cuaderno, mi cuaderno, con todos mis escritos. En la contra tapa de ese cuadernito, estaba la dirección de ella con una nota. "A quien encuentre esto, le ruego que sea remitido a la dirección arriba escrita. Es el último deseo de una persona que ya no existe más, y por favor, aunque no me conozca, digale que quien escribe esto, la amará por siempre"






Santiago Merlo

1 comentario:

  1. que lindo nunca lo habia leido. es genial como escribis (:soy leo jaja

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